viernes, 1 de julio de 2011

PNL





Qué es Programación Neurolinguística


Programación Neurolingüística (PNL) es el estudio de nuestros patrones mentales. Nos permite conocer los procesos mentales que usamos para codificar información, y por lo tanto nuestra forma de pensar y de actuar.

Programación Neurolingüística significa que nuestros pensamientos están conformados de palabras, de lenguaje (lingüística) y este lenguaje califica lo que nos rodea con palabras y estas viajan por las neuronas para crear un programa. Cuando repetimos ciertas palabras con frecuencia se va convirtiendo este mensaje en un programa. Estos programas ya instalados producen emociones que dirigen nuestras conductas y nuestras reacciones.

Esto quiere decir que a lo largo de toda nuestra vida hemos instalado cientos de programas desde antes de nacer. Al principio de nuestra vida, los programas fueron instalados por nuestros padres, abuelos, familiares; más adelante por nuestros maestros, amigos y por los medios de comunicación. Estos programas los aceptamos sin darnos cuenta si nos favorecen o nos dañan. Simplemente allí están. También tenemos programas que nosotros mismos hemos instalado y de igual manera, algunos son buenos y otros no tanto.

PNL ayuda a las personas a tener una percepción más clara de sus propios programas y también de los programas de los demás. Una persona recuerda que de niño le daban para merendar pan dulce y café con leche de manera que se convirtió en un hábito y luego en un programa; en cambio a otra persona de niño le daban de merendar un bocadillo de jamón y queso con un vaso con leche de manera que también se convirtió en un hábito y luego en un programa. En este ejemplo vemos que cada uno tiene un programa diferente y que no compiten entre sí. Estos programas con el tiempo se han ido modificando o cancelando si vemos que ya no son funcionales en nuestra vida. Programación Neurolingüística te ayuda a ser más consciente de cuales son los programas que tú tienes en tu haber. También te ayuda a liberarte de los que ya no te son útiles para lograr un cambio.

La PNL nos hace más conscientes del lenguaje que utilizamos pues éste afecta la bioquímica de nuestro cuerpo (ver el artículo “La Importancia del Lenguaje Asertivo”). No es lo mismo decirnos: “qué guapo soy” (que nos hace sentir bien) a decir: “qué tonto soy”, (que me hace sentir mal). Y cuando alguien más me dice cualquier cosa buena o mala, yo tengo una reacción bioquímica que me afecta. De manera que las palabras que viajan por las neuronas además de crear un programa, causan una reacción.

Por lo tanto PNL te propone conocerte y optimizar tus capacidades, para mejorar tus relaciones familiares y de trabajo, tener un mejor control de tus emociones, cambiar conductas, dejar de enjuiciar al vecino, tener un pensamiento más positivo para tu propio beneficio, cuidar tu salud, lograr un diálogo interno más asertivo para que te afecte positivamente, mantenerte en equilibrio más tiempo, adquirir el autoconocimiento, y muchos otros beneficios.

Lo más importante de Programación Neurolingüística es que encuentres nuevas opciones para tu vida, que adquieras la habilidad para crear nuevas rutas mentales (ver artículo: “Creando Nuevas Rutas Mentales”). Al hacer esto sale uno del estancamiento y de estar en lo mismo que no funciona. Es importante cambiar de estrategia para obtener resultados diferentes. Al poner en práctica las técnicas de PNL realizas cambios internos perdurables. Y al conocer cómo funciona tu mente, puede uno empezar a dirigirla y no que ella nos dirija con los programas negativos que le hemos instalado. El objetivo es aprender a tener un mejor dominio de uno mismo, de nuestras emociones y de nuestras respuestas. Programación Neurolingüística te permite practicar el arte de elegir y de dirigir.

PNL nos ayuda a cambiar conductas que nos molestan o nos bloquean con estrategias y técnicas efectivas y a corto plazo. Es cuestión de práctica.

PNL ayuda a las personas a tener una percepción más clara de sí mismos y de los demás.

Estudia el cómo la comunicación verbal y no verbal afecta nuestro sistema nervioso, y por lo tanto, aprender a dirigir nuestra mente mediante una comunicación interna con el buen manejo del lenguaje.

PNL estudia cómo las personas estructuran sus experiencias individuales de la vida, y nos proporciona opciones para mejorar nuestra calidad de vida emocional, familiar, así como de salud.

La PNL nos enseña que la clave del inconsciente la tenemos nosotros y cómo beneficiarnos de esto.

Interrogantes:

¿Quieres tener una percepción más clara sobre ti mismo y sobre los demás?

¿Cómo poder entender mejor a los que te rodean?

¿Hay reacciones tuyas que te molestan?

¿Quisieras mejorar tus relaciones familiares y laborales?

¿Qué clase de juicios haces sobre los demás y sobre ti mismo?

¿Cuáles son tus pensamientos más frecuentes y cómo influyen en tu vida cotidiana y en los negocios?

¿Por qué hay días en que parece que “todo te sale mal”?

¿Te deprimes fácilmente y no sabes qué hacer?

¿Eres aprehensivo, inconstante, agresivo, sufres de estrés y quieres cambiar?

¿Quieres bajar de peso, dejar de fumar, y no puedes lograrlo?

¿Quisieras tomar decisiones más efectivamente?

¿Cómo fijarte objetivos correctamente y llevarlos a cabo?¿Por qué unas personas tienen más éxito que otras?

¿Te gustaría optimizar tus capacidades?

¿Quisieras mejorar tu salud?

¿Cómo prepararte para algún momento difícil que te espera?

Para saber las respuestas a las siguientes preguntas, conoce qué es la Programación Neurolingüística, y de qué manera puede ayudar en la vida familiar y laboral esta nueva corriente de la psicología moderna cambiando programaciones limitantes, aprendiendo a dirigir conductas y estados de ánimo efectivamente para lograr que todo funcione mejor.

Enséñale a tu mente a cumplir objetivos

Enséñale a tu mente a cumplir objetivos

Primera parte

¿Qué tan fácil o difícil es el lograr objetivos? Cuantas veces dejamos tareas importantes o menos importantes para otro momento. Y vamos cargando con un costal de cosas por hacer que no nos motivan y no tenemos la menor idea de cómo y cuando las lograremos. No las logramos llevar a cabo porque no nos enfocamos en una tarea específica, sino que vemos un cúmulo de cosas por hacer y por ello confundimos a nuestra mente. Debemos elegir una por una en orden de importancia y elegir el cómo y el cuando queremos un resultado.

Establecer metas es elegir lo que uno quiere. Cuando vamos al cine, a cenar, a una fiesta, estamos eligiendo y estamos llevando a cabo una serie de procesos mentales con una habilidad del 100% puesto que logramos ese objetivo. Incluso es un objetivo logrado con poco esfuerzo y al final placentero. Sin embargo, nos engañamos porque sí implicó esfuerzo. Ir al cine es un gran esfuerzo: hay que elegir una película entre docenas, hay que elegir un horario, si vas con alguien más, hace falta ponerse de acuerdo, desplazarse, lidiar con el tráfico y llegar al cine (aunque llueva) luego elegir algo para comer o beber y luego regresar a casa. Sin darnos cuenta gastamos energía, tiempo e hicimos un sin número de elecciones y logramos el objetivo de ir al cine.

Por otro lado tenemos los objetivos “difíciles”. Así los llamamos y por lo tanto, como nuestra mente obedece al lenguaje, efectivamente, se nos hacen difíciles. Por ejemplo, ¿qué tan difícil es arreglar el closet, ordenar los papeles del escritorio, hacer la cita con el dentista? Es “dificilísimo” porque no son metas agradables y entonces nuestra mente ya sabe que el patrón a seguir frente a las cosas “difíciles” (o desagradables), es poner obstáculos, boicotearnos y sin darnos cuenta dirigimos nuestra mente con una habilidad del 100% hacia la negatividad e imposibilidad. Y logramos el objetivo de no lograrlo.

Ponemos obstáculos y nos boicoteamos con el lenguaje. Recordemos que elaboramos pensamientos con palabras-lenguaje que influyen nuestro estado de ánimo y nuestra actividad o inactividad. Frente al escritorio desarreglado seguramente pondremos obstáculos como por ejemplo: “no tengo tiempo”, “ahora no puedo”, “no sé donde comenzar”, “después lo hago”, “qué aburrido”. Al decir “qué flojera”, o “qué aburrido” el cuerpo inmediatamente obedece y caemos en la inactividad y repentinamente no tenemos energía suficiente para llevar a cabo ese objetivo que nos exige un “tremendo esfuerzo”. Cuando decimos: “después lo hago” es el posponer sin determinar un tiempo preciso. “Después” es una palabra sin tiempo preciso, implica un futuro muy amplio y al no tener la mente la precisión del tiempo, no hace nada.

Cuando se trató de ir al cine, no hubo obstáculos (mentales) ni boicot (mental) y los pensamientos-palabras-lenguaje nos llenaron de energía y fueron precisos, por lo tanto, no hubo lucha interna y no resentimos el esfuerzo.

Bandler y Grinder, los fundadores de Programación Neurolingüística descubrieron los procesos mentales que nos llevan a cumplir con objetivos placenteros sin esfuerzo aparente. Lo que ellos proponen es transferir los procesos mentales positivos que ya sabemos usar para metas motivadoras y enfrentar los objetivos “difíciles” con patrones mentales positivos y que nos llenen de energía. Si en vez de decir: “que flojera” ante el escritorio desarreglado, decimos “lo hago rápido y sin esfuerzo”, “me organizo para hacerlo hoy” estos pensamientos me reportan más energía y no me la bajan, mientras que el pensamiento de flojera me quita la energía automáticamente. Al decir que “lo hago rápido y sin esfuerzo”, la mente se aplica para seguir instrucciones y el cuerpo, por lo tanto, también se pone en la misma frecuencia.

Es increíble la respuesta que obtenemos cuando cambiamos nuestro diálogo interno y dirigimos nuestros pensamientos para que trabajen a favor nuestro. En Programación Neurolingüística proponemos desaprender lo que no nos sirve y aprender lo que nos ayuda a funcionar mejor en la vida. Empezar a dirigir nuestros pensamientos con un lenguaje positivo y palabras de acción, es la clave para dejar de tener esa lucha interna de posponer tantas cosas que deberíamos de hacer hoy. Ponte a pensar cuántas tareas has pospuesto y cual ha sido tu diálogo interno. Analiza y pon en práctica cambiar esas frases limitantes por unas más positivas y de movimiento. Verás resultados inmediatos.

Enséñale a tu mente a cumplir objetivos 2

Enséñale a tu mente a cumplir objetivos 2

Segunda parte

Como vimos en la primera parte de cómo “Enseñarle a la Mente a Cumplir Objetivos”, una parte importante a recordar es el uso correcto y positivo del lenguaje. Hablamos que un lenguaje que nos llene de energía nos ayuda a conseguir lo que queremos. Hablamos que el lenguaje puede boicotearnos y un ejemplo son las palabras como: “difícil”, “después” (“después lo hago”) por citar algunas. También hablamos del lenguaje limitante que nos frena y nos impide realizar la tarea como por ejemplo: “no tengo tiempo”, “no sé donde comenzar”, “que aburrido”, “ahora no puedo”.


Si logramos reeducarnos y cuidar nuestro lenguaje, ya tenemos el primer paso importante logrado hacia el cumplimiento de nuestros objetivos.

El segundo paso importante en el proceso mental para lograr objetivos es la vivencia total del objetivo terminado. El lenguaje, por un lado, nos sirve para plantear nuestro objetivo y la vivencia con los cinco sentidos, nos ayuda a llevarlo a cabo. No hay nada que hayamos hecho que no haya pasado por nuestra mente, sea consciente o inconscientemente. De manera que cualquier objetivo se somete a un proceso mental.

En el primer artículo hablamos de ir al cine y cómo de alguna manera logramos ese objetivo sin esfuerzo. Lo logramos simplemente porque lo vivimos mentalmente antes de vivirlo en la realidad. Cuando planeamos en ir al cine, nuestra mente nos transporta a la butaca con las palomitas y estamos ya gozando con nuestros cinco sentidos. Vemos la pantalla, olemos y gustamos las palomitas, sentimos la butaca, escuchamos la película. Nos enfocamos en el paso final, los obstáculos para llegar allí no los vemos ni los tomamos en cuenta. De alguna manera inconsciente le mostramos a la mente lo que queremos lograr y lo hace por nosotros.

El segundo paso importante para lograr objetivos es visualizarlo y vivirlo con todos sus detalles para que la mente sepa exactamente lo que buscamos. Es irse al paso final y vivirlo. Los objetivos “aburridos” o que motivan poco no los logramos porque de ninguna manera y en ningún momento vemos el objetivo terminado. Nos quedamos seguramente atorados en el planteamiento (en el lenguaje que boicotea). Al visualizar, sentir, escuchar el objetivo terminado; por ejemplo hablando del escritorio desarreglado, si visualizamos el escritorio arreglado, escuchamos lo que alguien nos puede comentar, qué sensación podemos tener ante un logro así, le estamos enseñando a nuestra mente lo que queremos y será más fácil lograr este objetivo y sin duda lo haremos con menor esfuerzo porque no estamos en lucha interna, sino al contrario, tenemos a nuestra mente de nuestro lado cumpliendo lo que le transmitimos.

Enséñale a tu mente a cumplir objetivos 3

Enséñale a tu mente a cumplir objetivos 3

Parte 3

Hay personas que:
a) Les cuesta trabajo cumplir sus objetivos
b) Otras que cumplen aparentemente sus objetivos
c) Y otras logran muy bien sus objetivos

¿A cuál grupo pertenece usted?

Hay personas que parecen perdidas por la vida. Andan por la niebla dando espadazos sin atinarle a nada porque no ven nada. No saben donde está el blanco. Son personas que intentan una cosa, luego otra y otra. Pasan de una a otra y no profundizan en nada. Nada les funciona y logran muy poco. No se puede llegar a donde no se sabe. Si no se sabe a donde va uno, si no hay dirección cualquier ruta es buena.

[I]Para ponerse un objetivo hace falta estar enfocado. Se despilfarra la energía cuando hay actividad sin un objetivo definido. Se hace mucho y se logra poco.
Hay otras personas que sí se ponen objetivos y parecen lograr sus metas. Logran un cierto trabajo, un sueldo determinado, cierta estabilidad, sin embargo de allí no avanzan. Se quedan estancados en ese nivel. Por creencia y por programaciones se etiquetan y se encajonan en un nivel de competencia y de allí no pasan. Parecen estar a gusto en ese nivel. No se atreven a ampliar sus objetivos, son personas temerosas al cambio y por lo tanto se limitan.

Objetivos limitados dan resultados limitados.

Existen otras personas que no sólo logran objetivos sino que logran objetivos enormes. Rebasan sus propios límites. Están tan seguros de sí mismos y de lo que quieren, que se mantienen en una línea de pensamiento. No se distraen con la piedritas del camino. Estas son las personas altamente exitosas. No se limitan, no se detienen ante los obstáculos, sino que les dan la vuelta. Programan su mente con dedicación y con los cinco sentidos. Ven, escuchan y sienten su objetivo terminado. Lo viven como si ya estuviera en su experiencia. Cuidadosamente crean y le dan forma a su objetivo mentalmente sin desperdiciar energía.

Hay una encuesta interesante que se les hizo a un grupo de hombres que llevaban trabajando veinte años. Todos ellos graduados el mismo año, del mismo curso y de la misma universidad. Se les preguntó si habían logrado lo que querían de la vida. Los que contestaron sí (un tres por ciento) fueron los que al finalizar el curso, veinte años atrás, escribieron con detalle sus objetivos.

Objetivos definidos tienen una fuerte influencia en nuestra mentalidad.
Cuando la mente tiene un objetivo definido puede enfocarse y dirigirse hacia el.

Si su sueño es tener una casa. ¿Cuál es el primer paso? Algunos dirán: tener el terreno, conseguir el dinero, conseguir los materiales: ladrillos, cemento, madera, clavos, martillo, los albañiles, etc... Error. Lo primero es el proyecto de casa terminada en mente y luego en papel. De nada sirve tener los ladrillos y los albañiles si no se sabe qué se quiere específicamente. Una vez que se tiene claro el proyecto terminado y se vive como si fuera real, se comienza a definir cual es el primer paso, el segundo, el tercero, etc....

Para que se produzca un efecto en el mundo externo, primero ha tenido que ocurrir algo en el mundo interno. Mente y cuerpo quedan programados y juntos se dirigen en una misma dirección.

Aproveche la información de la primera y segunda parte de este tema y tome unos minutos para reflexionar sobre lo que verdaderamente quiere.

Siga los siguientes pasos:

1. Piense en lo que realmente quiere en forma positiva.

2. Imagine su objetivo terminado con todos los detalles posibles.

3. Piense cuál es el primer paso. Donde está, qué hace, cuanto tiempo le toma, que ve, que oye, que huele, que toca, que gusta, que siente. Experiméntelo con todos sus sentidos, con tranquilidad, tómese su tiempo.

4. Terminado su objetivo, vívalo. ¿Es motivador? ¿Qué le reporta? ¿Cómo se siente? ¿Tiene realmente un beneficio para usted y los que lo rodean?

5. Si respondió a todo sí, adelante, puede comenzar poniéndole fecha.

Un consejo importante, empiece a practicar esta técnica con objetivos pequeños y poco a poco vaya incrementando su tamaño. Verá con satisfacción los resultados.